¡Te acuso de ratero, no de pendejo! Vaya que tal frase, famosa en el anecdotario que generó la Convención de Aguascalientes y que fuera pronunciada por el entonces diputado federal por un distrito de Puebla, Don Luis Cabrera Lobato, como respuesta a uno de sus a pares, a quien previamente éste le había hecho el feo señalamiento, el hoy considerado como uno de los principales intelectuales y teóricos del Constitucionalismo, allá en las primeras décadas del Siglo XX en el fragor mismo de la lucha revolucionaria, ameritó la exigencia de su par aludido, a que presentara las pruebas de sus ofensivos dichos, la respuesta obtenida que por acertada y sonora sigue teniendo vigencia, a lo largo de ya más de cien años de haberse generado, y más hoy en pleno Siglo XX, cuando ya es costumbre que incluso desde la máxima ágora del país, y ante acusaciones e imputaciones que se desprenden del sigiloso desencuentro que registran las relaciones de EUA y nuestro país, se soliciten pruebas y más pruebas que justifiquen las acciones punitivas ejercidas que sobre capos, secuestro y hasta traslados de protección a sus familias, y golpes a algunas organizaciones empresariales como es el caso de algunas seleccionadas piezas del sistema bancario, cancelaciones de Visa a peces menores o alcaldes y hasta gobernadores fronterizos y ya alcanzan al ámbito deportivo y artístico.
De ahí que por eso mismo, en los tiempos que corren, no resulta nada extraño o inusual que nuestro célebre paisano «El Mono» Muñoz adelantando vísperas -12 de junio de 2025-, haya solicitado y exhibido en algunos -solo algunos Medios de Comunicación-, cual piratesco «parler» la respuesta que por escrito obtuvo, con fecha de tres de julio del presente, de parte de la Fiscalía General de la República en su área especializada con delitos relacionados con hidrocarburos, etc., en la que se le responde que no se cuenta en esa institución, investigación alguna en la que su nombre aparezca como indiciado, investigado o señalado por alguna persona tendiente a incriminarlo, se le contesta, según escrito exhibido, se reitera, su nombre no se encuentra en carpeta de investigación alguna.
De ahí que no se conozca pues, las razones, o presunciones que le generaran al hoy empresario gasolinero el cierre -temporal o no, pues se ignora-, de por lo menos tres de sus gasolinerias que se presumen de su propiedad, en la ciudad capital de Coahuila, mínimo número pues se le imputan la propiedad de por lo menos 15 empresas de este giro, no solo las ubicadas en el municipio capital, sino 10 más en la ciudad de Torreón, una en Francisco I. Madrero, 6 en Matamoros -de donde es oriundo-, y una más en San Pedro -las de García Hartfuch, claro-, amén de otras más en el vecino Estado de Durango. Y una vez que en Saltillo, con la participación adicional de fuerzas federales, encontraron e incautaron instalaciones que contenían en su interior tanques almacenados con hasta dos millones de litros de gasolina, presuntamente proveniente de descargas de huachicol, procedente del Puerto de Altamira, Tamaulipas uno de los puertos, donde recientemente fue detenido un barco con 10 millones de litros de gasolina a bordo, y procedente del vecino país del norte que no pudo demostrar legal posesión, y cuya investigación continúa en marcha, quien sabe hasta cuando, pues pudiera alcanzar «por los siglos de los siglos».
Y vaya que el tema del huachicol, no es para nada, tema novedoso en estas tierras, pues famosos son las «ordeñas de ductos», en especial en el municpio de San Pedro, Coahuila y en Tlahualilo y Gómez Palacio, Durango que cual «deporte nacional» se venía practicando, incluso con riesgo de perder la vida sus participantes con tan rústicos y peligrosos métodos desde hace ya más de 30 años, y que hoy sin duda, tales métodos de extracción, de robo pues, se han modernizado increiblemente, sin mediar pudor o secrecía alguna, haciendo bueno el slogan de PEMEX, ese que dice que «el petróleo es nuestro».
Por cierto, levanta comentarios el cierre desde hace algunas semanas, de una estación de venta de gasolinas, ubicada frente a uno de los accesos de la Colonia Torreón Jardín, sin que se conozcan causas, ni siquiera la socorrida y muy de moda «oposición vecinal» alguna, así pues ¡averíguelo Vargas! Llama la atención que estos hechos o hasta las simples presunciones de «competencia desleal» no haya generado molestia, o queja alguna, de parte del otrora poderoso y pretencioso gremio de Distribuidores de Gasolina en esta región ¿por qué será?, dicen entre otras versiones que es por algo más que simple; «el miedo, no anda en burro».
Y Torreón, como es tradicional en nuestro escaso período de lluvias -en este caso, más que tardías-, genera molestias a transeúntes y conductores, amén de daños en techos de viviendas ubicadas no solo en su cinturón de miseria, que ya no se encuentra solo al sur poniente, sino alcanza, el norte, por ahora, el escenario preferido para el desarrollo de inversión inmobiliaria y con ello la atención presupuestal de la autoridad local, pues hay que mantener, se justifica, con sostener tal polo de desarrollo, que involucra la atracción no solo de capitales locales, sino foráneos, así sea el el área de servicios. De ahí que hoy por hoy, el área de mayor trabajo se desarrollara a cargo del Licenciado Gustavo Muñoz López en el día a día, esté, superando con éxito, el tiradero que le dejó su antecesor Francisco Torres, que con todo y que ha sido llamado y llamado a la Contraloría local, poco o nada se sabe.
En el marco de las inundaciones, cíclicamente, el tema domina a la atención no solo mediática, sino la de políticos y politicastros, en especial los que se dicen de «oposicción» que se llenan sus bocas con agua, muy sucia, la mayoría de las veces su necesidad imperiosa de ocupar algo de la atención pública, para señalar con índice de fuego a la autoridad municipal en turno, viendo así la lluvia, sin mojarse, pues no tienen forma de mostrar, más allá de sus dichos, acciones legislativas o de orden político, la búsqueda de presupuestos, o proyectos viables destinados a encontrar la solución técnica posible al sistémico problema de falta de drenaje en una ciudad que lo padece, no solo por su carencia del mismo en grandes extensiones sin pendientes de consideración que arrastren corrientes, dada la naturaleza de su topografía.
Habrá que preguntar a los diputados federales, entre estos a Cinthia Cuevas que de a conocer alguna gestión ante el ámbito federal por este tema, pues solo se le identifica como repartidora de las tarjetas del bienestar y pintar caricaturescas bardas de agradecimiento y culto a su guía y mentor AMLO, no más; así mismo a Luis Fernando Salazar Fernández, cuando le deje «algo» de tiempo su ocupada agenda de pírricas denuncias, lo mismo con los «comunicados» de Ricardo Mejía Berdeja entre otros, pues la mayoría de estos personajes que se cobijan con la sombrilla que les presta el Alcalde Román Alberto Cepeda González, como su «villano favorito» ya estaremos viendo que al termino del actual temporal lluvioso que se registra, el tema de las inundaciones y los señalamientos de «culpable» de estos, desaparecer del ruido mediático, solo para «resucitar» el año próximo en fechas similares y bajo las mismas aguas, pero ya electorales. No más.