¡Los patos, le tiran a las escopetas!, así parece en este nuevo episodio de lo que será larga serie que bajo el tema de «el Huachicol» cuando según nota publicada en El Norte, nos saluda esta misma mañana José Antonio Muñoz Luévanos con su efigie plasmada en antiquísima fotografía, la cual se ha repetido ya al infinito desde que fuera detenido en España, para ilustrar, segun la nota atribuida al celebérrimo matamorense quien ya ocupa un bien ganado sitio como uno de los reyes del Huachicol, o al menos una de sus cabezas ya visibles, señalando que es la policía estatal de esta entidad, quien encubre o protege el trasiego de hidrocarburos de sospechosa procedencia y del mayor misterio; su destino cierto y final.
Ha de estar en apuros el paisano para que afirme así como así el señalamiento anterior, sabiendo como se sabe «tiene el agua hasta el cuello», si bien todo ex reo tiene derecho a la redención, a la segunda oportunidad, el laberinto en el que se encuentra, al menos en la percepción pública, ya no se diga el laberinto judicial que enfrentará y que amenaza con levantar tales olas que muchos por ahora incógnitos personajes, le estarán haciendo compañía, de ser verdad, y no quede solo como el chivo expiatorio eso de que el Gobierno Federal ha decidido poner un hasta aquí -ahora sí-, al infame saqueo de lo que se afirma es riqueza pública, de todos, pero todos los mexicanos, esa que como el inmortal poeta zacatecano describió en uno de los versos del Inmortal Suave Patria en el que proféticamente dice que «el Niño Dios te escrituró un establo, y los veneros del petróleo el diablo», pero en la realidad, según hoy vemos resultó prosaico, y ya vemos que ante los «descubrimientos» que han puesto de moda mediática los hidrocarburos que se producen o importan al margen legal vigente, revelando el gigantesco «negocio paralelo» que explica pero no justifica la debacle económica de PEMEX y vulnera, sin duda, la del propio régimen federal, de no actuar a fondo y en consecuencia, si bien de entrada se advierte que la mafia de políticos, empresarios, gángsters, funcionarios aduanales, empresarios transportistas, operadores de empresas ferroviarias, etc., etc., es similar a la magnitud del saqueo consumado, miles de millones de litros de gasolina, derivados del petroleo, y ah, de diesel, no solo la que se ha extraído rústicamente a través de las peligrosos, pero lucrativas «ordeñas» de sus ductos, sino ahora, según se descubre, otro tipo de ordeña, pero en esta ocasión a los recursos fiscales, a las arcas públicas, que se clasifica ya como «huachicol fiscal» derivados de la simulación de importaciones, de ser operaciones lícitas de importación de hidrocarburos al vecino del norte, operación que solo tienen licencia para ello, ocho, sí, ocho empresas constituídas, una de las cuales, según ya se le señala públicamente es la denominada Ingemar, S.A. de C.V. cuyo representante jurídico, resulta ser Ernesto Ruffo Apel, quien fuera el primer gobernador de «oposición», el panista que ganó la gubernatura del Estado de Baja California, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, inaugurando la época de las «concertacesiones», claro que el interfecto ya salió con su batea de babas -que me perdonen los nopales-, a decir que «nada tiene que ver, etc.». Vamos a ver si lo demuestra.
También cabe decir, que el aseguramiento de los 120 carro tanques conteniendo 15 millones de hidrocarburos, gasolina, derivados del petroleo y diesel que circularon procedentes del vecino país del norte, lo hicieron a través de alguna aduana fronteriza y luego circularon por territorio nacional, lo hicieron con documentación, que solo la que amparaba el pedimento expreso, y se ignora como pudieron pasar los volúmenes alterados, de ahí que la carga, en efecto, no fue extraída de ducto enterrado en tierra alguno, sino que los volúmenes alterados, lo hicieron con disimulo, que a alguien le dejó ingresos, al no pagarse la cobertura legal necesaria previa y mucho menos los impuestos correspondientes, en los viejos patios de una línea ferroviaria y estación en desuso en Saltillo capital.
La incógnitas están ahora en nuestro terreno, cuando se indaga sobre cual sería el destino final de tan comprometedora y voluminosa carga. Viejos empresarios gasolineros «decentes» -que son pocos, pero los hay-, juran y perjuran con nada de tales gasolinas «huachicoleadas», contrabandeadas pues, no registran como destino final los tanques de almacenamiento de ninguna de las empresas que expenden gasolinas y derivados del petróleo bajo concesión de PEMEX -del resto, de las gasolinas importadas, no saben-, debido a que todas y cada una, tienen vigilancia satélital de sus volúmenes verificados y que se les aplica a diario. Nada dicen, por comprometedor, el destino de la otra carga, es decir, del diesel, que en esta región lagunera donde registra altísimo consumo, toda vez que es el energético de mayor uso industrial y en actividades agropecuarias, y que por ahora, no registra subsidio oficial alguno, sin que se escuchen como era tradición las quejas y lamentos, sobre sus altos costos. Por ahi nos envían, como posible pista a los curiosos cagatintas que se atreven incursionar en el tema, sobre todo, señalan al municipio de San Pedro como terreno a explorar. Averíguelo Vargas.
Y vaya, que el alcalde Román Alberto Cepeda se encuentra, por ahora, solo en su laberinto, luchando ya no solo por su salud física, sino por la salud política, tras el dardo propinado apenas desde el Congreso del Estado, que por mayoría -no unanimidad-, se acordó, acudir a la Auditoría Superior del Estado, para que presente el avance registrado en solventar las Observaciones que a la Cuenta Pública del 024 y el 025, es decir, se ha puesto en marcha el engranaje legal, luego que la presión mediática, hizo lo suyo, presión a la que por cierto, se reusan participar los Medios locales o regionales, quizás por las simples y las razones de competencia, de no fortalecer posturas de otros allende esta región, de no unirse al coro o vaya Usted a saber. Sin duda, tal decisión tendrá consecuencias no solo en el ámbito meramente político local, o personal de quienes resulten además de señalados, involucrados en el rango de sus responsabilidades. El pronostico es reservado.
Estos y otros temas, quedaron esta mañana en el tintero, pues resulta que la presencia del Secretario de Gobierno, licenciado Oscar Pimentel en la ceremonia en la que participaron una fuerte formación del Ejército y con ellos, encabezando el Comandante de la XI Zona Militar tuvo lugar en la explanada de la Plaza Mayor la conmemoración del Dia Internacional de la Destrucción de Armas de Fuego, y que incluyó más de 900 armas que quedan fuera de las manos de persona alguna. No fue posible acceder a tal funcionario estatal, pues es maravilloso constatar su capacidad para desaparecer de la escena, quizás porque tenía tareas de mayor importancia que atender, pero se esfumó literal y figuradamente de los ojos de los miembros de la molesta prensa que desean recabar sus opiniones en torno a la condición política del ayuntamiento de Torreón y más aun, de la situación en que el aseguramiento del histórico cargamento de gasolinas y derivados colocó, así sea mediáticamente a Coahuila en los medios nacionales.