Aquí Laguna.

¡Siembra vientos, recogerás tempestades!  Y  vaya con la cita bíblica  que al parecer  nada que pierde vigencia, y ya vemos como tales vientos se llevaron, desperdigaron sobre el escenario nacional  el pasado domingo, perdiendo en tal vendaval  cual cosecha de la siembra de  odio y divisionismo   entre los mexicanos,  la dispersión  de muy  importante número de votos -alrededor de 17 millones-, de los 30 millones con los que contaba  el actual régimen al inicio de su mandato,  luego de la   pasada elección del 2018    y que  colocó al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, en un desdén el que  parecía imbatible. Los números, por mas y que se retuerzan silogismos para indicar lo contrario, son una pérdida  real de capital político mas que importante  y grave, toda vez que tal disminución se registra a solo tres años del haberse dado tan gran voto de confianza al Presidente y   de manera extensiva, visto que  los regímenes emanados del otrora  hegemónico Partido Revolucionario  Institucional, registraron  la   pérdida de consensos mayoritarios   luego de mas de 70 años de ejercicio del poder publico. Este resultado  por mas y que el resto y su distribución,  haya dado a MORENA  la gubernatura en once de las quince entidades que registraron en la  pasada jornada dominical cambio de titular de su Poder Ejecutivo, así también  que con todo no haya   podido alcanzar el número de escaños en la Cámara de Diputados, para  sumar la Mayoría Calificada que le permita, como   hasta hoy, a la Legislatura federal, que concluye mandato el día ultimo de agosto del año en curso realizar cambios constitucionales,  a fondo, sin entrar en negociación con el resto de las fuerzas representadas en el Poder Legislativo.

Habrá  ya  tiempo y datos, muchos datos de la pasada elección  con qué hacer múltiples  ”lecturas”,  sobre la decisión del pueblo mexicano que con su voto cambió  el color y la composición de sus fuerzas de representación  política y partidista  a lo largo y ancho del país,   en una jornada singularizada  por la ausencia de incidentes graves o de la temida violencia cuya presencia se presagiaba  a lo largo de las campañas en diversos puntos del país y que generaron por lo menos 89  muertes, de igual número de aspirantes a cargos de elección popular, muertes, que al parecer no causaron mella alguna entre las autoridades obligadas a garantizar la vida  la integridad física de los participantes, elemento que por fortuna en Coahuila  fue ajeno a ello,  no así en el proceso del 2018 cuando   un candidato a diputado federal, Fernando Purón, fue asesinado cobardemente. Obvio que brindar seguridad, no solo a candidatos sino a toda la ciudadanía participante, no resultó  ser obra de alguna casualidad, sino de trabajo permanente y sostenido para ello…

Por cierto, según los nomios que la jornada electoral arroja ya de manera oficial, Coahuila  resulta ser un ínsula tricolor  con el Ingeniero Rodrigo Fuentes Avila   y equipo, fincado en el gobierno de resultados, que genera  el Gobernador  Riquelme Solis,  que  destaca por ello  en el escenario nacional, al sumar  25 de  30 alcaldías, en juego, cinco de siete diputados federales, de los solo 11  de mayoría -mas  los que se sumen en calidad de plurinominales-,  que obtuvo el PRI en el país. Tras venir  según cifras  del 2018, de muy atrás  y que hoy, colocan al viejo partido, en condiciones inmejorables  de dar pelea en la siguiente, cuando se juegue la que corresponde al Gobierno del Estado, de mantener unidad de objetivos y de exigencia de dar resultados a la población,  no solo ya en materia de  salud, sino en educación,  reactivación económica y seguridad pública, temas que no descuida un  momento el Gobernador Riquelme Solis y su equipo, a quienes sin duda en  los días próximas redefinirán estrategias  al interior de la entidad en tales temas, en especial el que corresponde a la tarea educativa, cuyo rezago generado por la pandemia amenaza de convertir la brecha  de desigualdad gestada en ésta, en un auténtico  abismo entre las generaciones de  menores y jóvenes afectados  y para superarlo se requiere no solo de la voluntad de los sujetos involucrados, sino también de recursos materiales, mermados, diezmados, por  el destino que  tuvieron   en la atención de la pandemia…

Además, por redefinir la   estrategia de seguimiento a cargo del Gobernador de Coahuila para el tema de la pandemia a través de la creación de los Subcomités Regionales, seguirá en curso, si bien ya no para éste tema, que va en  disminución, sino en lo que se refiere a la reactivación económica y las que surjan, y  extramuros del Estado, también,  hay interés por conocer el reacomodo impuesto por la elección del pasado domingo en las entidades que siendo parte de la denominada ”Alianza Federalista”,  que constituyó un dique, un estate quieto al avasallamiento federal, sigue en pie, toda vez que  varios de sus Estados integrantes, como es el caso de Nuevo León, Michoacán, Chihuahua, Colima, etc., cambiarán de titular  de su poder ejecutivo, sino que también   pertenezcan  a signos partidistas diversos a los actuales, y ello quiérase o no,  modifica los equilibrios de representación y fuerza  que ello implica.

En fin ya iremos viendo el curso que sigan estos temas y como el poder, en éste globalizado mundo sigue y es un asunto mas que local, diremos que  haya júbilo  entre el priismo de Torreón por  la recuperación no solo de la alcaldía, que  tenía cuatro años consecutivos casi en  manos del PAN,  sino también la victoria    alcanzada en las dos diputaciones federales que tienen como cabecera  la ciudad. Con Román Alberto Cepeda González, a la cabeza, se espera realice una administración   no solo iguale, sino que  de ser posible,   supere a la realizada por el Gobernador Riquelme Solis y  que  coloque a Torreón a las puertas de  retrasada modernidad y que  ello  haga posible de nueva cuenta, la atracción de inversión suficiente para  que la mano de obra alcance finalmente los salarios esperados y merecidos, que innove, que  incluya   jóvenes que pertenezcan a la generación de laguneros vigente  y  deje atrás camadas  que ahora dicen tener en mano facturas políticas que cobrar  por su participación partidista y que ya dieron lo que tenían que dar, y que  presente  resultados tangibles de avance. Tiene con qué, y además, tiene compromiso, con la memoria y  legados de sus abuelos, el paterno, el ex gobernador de Coahuila Román Cepeda Flores y su abuelo materno, el  ex alcalde  de Torreón, Licenciado Rodolfo González Treviño. Con tal ADN, su compromiso deberá   ser mucho…

Y vaya paliza que recibieron no solo Marcelo Torres Cofiño , sino también, al  Licenciado Jorge Zermeño Infante y  Fernando Izaguirre,   sin    alcanzar las dos diputaciones en juego que finalmente  lograron  Shamir Fernández y José Antonio Gutiérrez Jardón, y lo que le espera  los siguientes seis meses   al alcalde  cuya licencia vence éste mismo 15 de junio y  por ello estará retornando a su cargo para enfrentar un cabildo que de por seguro, le dará mas que infierno, dividido, como está  y con muchos de sus directores buscando  singular sindicalización que los salve de vivir en el error que les depara el  futuro, pero peor  aún, el hijo pródigo de la Laguna,  Antonio Attolini Mura,   que quedó en calidad de botarga destripada,  al ser arrasado por los priistas  y que decir, del  patético Luis Fernando Salazar Fernández que con todo y el ridículo en el que sumió a su progenitor, como candidato fantasma,  no le quedo mas remedio que  irse a acompañar al también derrotado  Armando Guadiana Tijerina  para protagonizar el  ”baile de la derrota”   en Saltillo capital,  desde donde  amenaza, cual si fuera émulo del General McArthur y su ”Volveré’…

‘Y quien no debe volver, sin duda, es el   Coronavirus, que  se resiste a abandonar éstas tierras y  puede lograrlo, si descuidamos  las medidas preventivas  vigentes aun…

Share:

Author: Olga Quirarte Ramírez