- Sin reformas o acciones para frenar la espiral de violencia en contra de la prensa.
- El Estado, obligado a proteger a los periodistas cuya situación ponga en riesgo su vida.
- Son 12 periodistas asesinados en el año, y 21 casos más de amenazas o agresiones.
México se mantiene como uno de los países más peligrosos y mortíferos en el mundo para el ejercicio del periodismo y para los comunicadores, así lo resaltó el colectivo Grupo Integral de Derechos Humanos (GIDH) «Lex-magister».
Su presidente Jesús Rey Fierro Hernández expuso que la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien llegó al poder en 2018, «no ha emprendido las reformas y las acciones necesarias para frenar la espiral de violencia en contra de la prensa y los comunicadores».
«El Estado mexicano tiene la obligación de proteger a aquellos periodistas cuya situación ponga en riesgo la vida o integridad física de los comunicadores que están en peligro, mediante la adopción de medidas de protección», esto no sucede», resaltó.
El doctor en derecho explicó que «el Estado está obligado a identificar el riesgo y advertir al periodista sobre su existencia, valorar las características y el origen del riesgo, definir y adoptar oportunamente las medidas de protección, así como evaluar periódicamente la evolución del riesgo, para responder efectivamente ante signos de su concreción y actuar para mitigar sus efectos».
Fierro Hernández, reconocido con el Premio Nacional de Derechos Humanos (2017), indicó que es el Estado quien debe prestar especial atención a la situación de aquellos periodistas que, por el tipo de actividades que desarrollan, están expuestos a riesgos de una intensidad extraordinaria.
Recordó que sólo en lo que va del año, se han registrado el asesinato de doce periodistas y un colaborador de medios de comunicación, más otros 21 casos de amenazas o agresiones; el caso más reciente, recordó, el del periodista Luis Martín Sánchez Íñiguez, quien fue privado de su libertad y luego, privado de la vida en un paraje de Tepic, Nayarit.
Además de este suceso, otros dos colaboradores de medios de comunicación local habrían sido también desaparecidos en la misma zona entre el 3 y el 7 de julio; uno de ellos fue localizado con vida el 8 de julio.
Sánchez Íñiguez, corresponsal del diario La Jornada, fue privado de su libertad la noche del miércoles, 5 de julio, en el municipio de Xalisco, Nayarit.
Los perpetradores se habrían llevado también distintas herramientas de trabajo del periodista, como equipo de cómputo y teléfonos celulares. Posteriormente, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que la mañana del sábado, 8 de julio, su cuerpo sin vida fue encontrado en la localidad El Ahuacate, municipio de Tepic.
En la víspera, el periodista Carlos Jiménez, especializado en información de policía, reveló que fue amenazado por un presunto grupo del crimen organizado, a través de una videograbación que le hicieron llegar mediante un mensaje a su equipo de telefonía celular.
Además de este hecho, se suma el intento de asesinato contra el periodista Ciro Gómez Leyva, quien salvó la vida al viajar en una camioneta blindada, que le proporcionó uno de los medios de comunicación para el que trabaja.