Saldo blanco en celebración por Eclipse Total de Sol en Torreón.

Torreón, Coahuila.- Fiesta, y con saldo blanco  arroja la anfitrionía que  Torreón, y el resto de las poblaciones  aledañas a   su zona metropolitana,  que alcanzaron  con todo y la   concentración  estimada en mas de 150 mil  visitantes, que  ubicadas en los sitios previamente seleccionados y   otros varios   miles más  desde sus hogares,  observaron  fascinados en el espectáculo que  la mecánica celeste hizo posible  luego del mediodía, al consumarse  el anticipado  Eclipse Total del Sol.

El fenómeno   que la naturaleza generó no dejó indiferente a casi toda la población, a la que se añadieron  visitantes,  nacionales e  internacionales, amén del grupo de científicos,   investigadores de la NASA   y seguidores de eclipses   que se acogieron a la recepción que desde hace semanas   ofreció y registraron las autoridades locales y estatales   que tuvieron su concentración  principal en torno al telescopio gigante del Planetario, ubicado en el Bosque Urbano de la ciudad, punto donde  se hicieron presentes, el alcalde  Roman Alberto Cepeda  y señora, asi  como el  Gobernador  Manolo Jiménez Salinas,   su esposa y su pequeños hijos.

El Bosque Urbano lució pletórico de hombres, mujeres y niños, es decir, familias al completo que seleccionaron alguno de su amplios espacios para esperar el acontecimiento solar, con todo y las amenazas de nubes que se  cernían en el firmamento  a las primeras horas de ese día,  y que finalmente al mediodia  se fueron despejando abriendo  los espacios celestes desde donde se pudo observar de la mejor  forma el anunciado fenómeno.

Cabe decir, que la parte  trasera del Planetario  resultó cercado por   vallas de  hierro, y    sus escasos  accesos fuertemente custodiados por personal contratado exprofeso,  que solo permitía     ingresar  tal espacio  a  quien portara invitación expresa, o bien algun    despistado  que  no tuviera visible gafete alguno a la vista  como «invitado especial»  extendido con anterioridad, y sin conocerse bajo qué condición  de como fue adquirido, y en el que era visible,  eso de  «Vive el Eclipse», que verificaban de  manera draconiana   empleadas de la empresa  «Elite»  bajo el argumento de que   tal espacio era «de orden particular». 

Obvio que cientos de   interesados en  ingresar  por tal  sitio  fueron muchos, pero más los rechazados,  generando molestia  entre estos, que tuvieron que conformarse con  apoltronarse sobre  las vallas  limitantes y verse desde tal sitio lo que sucedía vallas adentro.

Ahí, meseros  uniformados circulaban entre los «invitados especiales» ofreciendo   refrescos y   otras bebidas y veían algunas personas  portando atuendos del folklor nacional asi como el ingreso de un grupo de mariachis, que  desgranaron sus melodías solo al termino del eclipse. 

En tal espacio y  para esperar el momento señalado previamente, había  varias carpas y   bajo estas amplios   sitios de  apoyo y descanso, asi como una que otra mercaderías, de joyería de plata y otras chucherías.

EL ECLIPSE.

Fue al filo de las 12:10 horas, cuando el narrador habilitado del suceso, advertía, los leves cambios que la luz imprimía al paisaje, debido a «la la falta de luminosidad» que ya se hacia presente, asi como el comportamiento errático de algunas aves, fotosensibles a la luz. 

Y los ahí presentes, preparaban el uso de los lentes-filtros especiales, repartidos ahí exprofeso y escuchaban las ultimas medidas preventivas para no tener problemas de salud visual.

A las  12:11  la umbra se acerca a «este fenómeno histórico» y las 12:14 empiezan la aureola de luz en torno al sol  cual anillo y  empieza la cuenta regresiva coreada al unísono por lo ahí presentes, a las 12:16  y 38 segundos la luna cubre totalmente al sol.

Y ahí está el espectáculo celeste en esplendor, y los humanos nos achicamos ante  tal maravilla.  La sombra tenue envuelve al lugar, si bien la oscuridad no es total, si se percibe diverso y  ya podemos observar en directo, sin lente alguno   de nueva cuenta el esplendor  lunar. 

La luna se comió al sol. 

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Author: Olga Quirarte Ramírez