LA REFORMA Y LA EXPROPIACIÓN PETROLERA.

Por Fernando Rangel de León.

La segunda de las tres grandes transformaciones del país, la Reforma, no tiene una
fecha fija para su celebración como sí la tienen las otras dos: la Independencia el 16 de
septiembre y la Revolución el 20 de noviembre, que son las fechas en que iniciaron esos dos
grandes movimientos.

La Reforma empezó con las Leyes de Reforma entre 1855 y 1860, la Constitución de
1857, y su incorporación de ellas a ésta; siguió con la Guerra de Tres años o Guerra de
Reforma de 1858 a 1861, continuó con la intervención francesa de 1862, pasó a la guerra
contra Maximiliano de Habsburgo y los conservadores de entonces que impusieron el
Segundo Imperio (el primero fue el de Agustín de Iturbide en 1821), y concluyó con el Triunfo
de la República en 1867.

Todos los que lucharon por la Reforma, fueron grandes, como Ignacio Zaragoza,
Mariano Escobedo, y otros, en el campo de batalla; Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez “El
Nigromante”, Ignacio Manuel Altamirano, Francisco Zarco, y otros; pero hubo uno que por su
humildad, honestidad y perseverancia aglutinó y encabezó a todos ellos: Benito Juárez; por
lo que se escogió la fecha de su nacimiento en el pueblito de San Pablo Guelatao, Oaxaca, el
21 de marzo de 1806, para celebrar la Reforma.

La Reforma fue la transformación del Estado clerical, de privilegios, de
discriminación, de intolerancia de toda clase, de explotación de la ignorancia y de la pobreza,
de enormes desigualdades, del atraso y de todo lo malo para el pueblo, que 35 años de la
Independencia, no pudieron acabar; en un Estado moderno con leyes que garantizaban la
igualdad de todos, que promovía la educación, la salud y todos los progresos de la ciencia y
la técnica de entonces.

La paz y la prosperidad del gobierno liberal de Benito Juárez, fueron aprovechadas
por Porfirio Díaz, un gran militar y héroe de la Intervención Francesa, para llegar a la
Presidencia de la República, y convertirse en un dictador, que si bien logró progreso y
prosperidad para el país, olvidó el bienestar del pueblo, al que reprimió por protestar contra
sus injusticias, abusos, arbitrariedades, y asesinatos.

Porfirio Díaz, benefició a extranjeros y a unos cuantos mexicanos, en todas las
actividades productivas del país; principalmente en el petróleo; quienes a su amparo, con la
explotación de los pozos petroleros amasaron grandes fortunas y adquirieron un poder
político que los hizo hacer unos estados dentro del Estado Mexicano; siendo solapados por
los gobiernos de Carranza, Obregón, Calles, Ortiz Rubio, Portes Gil y Abelardo L. Rodríguez;
no beneficiando con obras sociales y públicas a las poblaciones petroleras ni mejorando las
condiciones de trabajo de sus obreros, a quienes explotaban inhumanamente.

Fue en el gobierno del General Lázaro Cárdenas, en el que el Sindicato de
Trabajadores Petroleros, vio posibilidades de que sus demandas laborales fueran atendidas
en los tribunales de trabajo; ganando juicios por mejores prestaciones económicas con base
en las enormes utilidades de las empresas petroleras, que inconformes contra los laudos
condenatorios interpusieron amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la que se
los negó; y al desacatar los laudos, orillaron a Cárdenas, a expedir el decreto expropiatorio de
los bienes de dichas empresas el 18 de marzo de 1938, el que es considerado la segunda acta
de Independencia de México.

Estamos viviendo cosas parecidas con la Reforma Eléctrica, que no busca otra cosa
más que la recuperación del estado de la energía eléctrica en el país, que le pertenece a la
Nación, para bien de las grandes mayorías.

Para eso es la historia, para ubicarnos en el tiempo que nos ha tocado vivir; hacer
comparaciones con el pasado y seguir el ejemplo de los que nos precedieron y construyeron
el presente para bien de todos los mexicanos.

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Author: aquilaguna